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Decía el gran Bonatti que el valor de una escalada es la suma de tres elementos inseparables, todos igualmente importantes: estética, historia y ética. Pues bien, precisamente estos tres valores son los que caracterizan los proyectos a los que nos tienen mal acostumbrados los hermanos Pou.
Esta vez no podía ser menos y a pesar de las inclemencias meteorológicas, han culminado con éxito su expedición al Cao Grande en Sao Tomé y Príncipe. Su objetivo principal era muy ambicioso: abrir una via nueva en esta inmensa aguja volcánica. Para ello contarían con la ayuda de Manu Ponce.
Leve Leve
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Como cabía imaginar, la vía no podía ser cualquier cosa. Como toda gran escalada, tenía que cumplir los componentes de los que hablaba Bonatti y así ha sido.
Estéticamente, se trata de una vía de 450m, con dificultades que han catalogado de hasta de 8b+ y escalada en buen ética: en libre. Respecto a la historia, supone la vía más difícil abierta hasta ahora en el Cao Grande.
Cómo era presumible, su ascensión no ha sido una tarea sencilla. A pesar de representar el «fuego» dentro de su proyecto «The North Face 4 Elementos», la lluvia ha sido uno de los grandes protagonistas. Y es que, si a la dificultad propia de la vía le añadimos un estado mojado permanente y una mala calidad de la roca, las complicaciones se multiplican.
Pese a todo, tras 14 horas de intensa actividad conseguían liberar «Leve Leve». El nombre que le dieron corresponde a un dicho popular de la isla que significa «despacio, despacio». Y no podía ser más adecuado ya que, además de ser un homenaje a la gente de Sao Tomé y Príncipe que tan hondo les han calado, coincide con nuestra filosofía -y no muy distinta de la suya- de ir al monte sin prisas.
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Sin embargo, esta cordada no es de fácil conformar y a pesar de haber cumplido el objetivo que les había llevado a la isla, su aventura no acabaría ahí. No querían irse sin tantear la vía inglesa.
Nubivagant
Tras descansar unos días, los tres escaladores volvieron a pisar la cima del cuello volcánico. Esta vez lo harían por la vía que les había estado llamando. En 12 horas de suelo a suelo, completaron Nubivagant (8b/450m) realizando además la primera repetición en libre.
Durante esta segunda escalada, tuvieron de nuevo el acompañamiento de la lluvia e incluso en algún tramo, debieron seguir una pequeña cascada. Todo esto incrementaba el riesgo y -como cuenta Eneko- supuso momentos de mucha tensión por el peligro de resbalar.
Tras no poco sufrimiento, los Pou regresan a casa felices, con una vía nueva en su mochila y una experiencia vital impagable. Se han enfrentado al vacío, a los elementos, a sus propias fuerzas y a la dificultad. Se han llevado sustos en forma de caídas de roca e incluso la visita de la temida cobra negra. Y todo ello en el marco paradisíaco de la isla africana y al calor de sus gentes.
Desde aquí solo nos queda desearles éxito en lo que emprendan. Ya estamos contando los días para ver Tierra, el cuarto elemento que cierra el proyecto. Y es que, si a la calidad alpinística de sus actividades le unes su calidad humana, tienes un tándem inmejorable. Tienes a los Hermanos Pou.
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