Estimado Pedro,

Le escribo en referencia a su artículo publicado en elconfidencial en que tildaba a Wielicki de indigno del Premio Princesa de Asturias.

En dicho artículo basa su juicio en el testimonio del Coronel Ayora y lo acontecido en el Gasherbrum 2 con el rescate de Quico Borja. Vaya por delante la altísima credibilidad que me merece al Coronel Ayora y el respeto que le tengo como alpinista y como persona. Eso no quita para que en su relato observe ciertas inconsistencias que creo justo aclarar antes de emitir un juicio tan severo como el que ha emitido usted.

Estas inconsistencias se centran en lo nuclear del relato: la actuación de Wielicki y la situación del equipo polaco. Según su crónica, en el momento del accidente el alpinista polaco se encontraba junto con su médico y Ayora en el C4. Respecto al resto de su equipo, usted los sitúa junto a un accidentado Quico Borja y hablando con Wielicki por walkie.

En primer lugar, Wielicki asegura que se encontraba precisamente con Quico Borja en el lugar del accidente. No hay que decir, que de ser verdad esta afirmación, cuestionaría en gran medida su hilo argumental.

Ante esa contradicción y ya que es la palabra de uno contra la de otro, la existencia de un testigo presencial y ajeno a ambas expediciones se torna muy esclarecedor. Es el caso del americano Farris, que estaba subiendo a cima en el momento del accidente con su compañero Rice y presenció todo, como demuestra el hecho de que pudiese fotografiar a un accidentado Quico Borja.

Foto de Kiko Borja tomada por Mike Farris

Farris confirmó en su crónica que Wielicki estaba presente e incluso narra cómo habló con él de las similitudes de esa situación con un rescate que efectuaron juntos el año anterior -lo que hace que sea una identificación sin posibles dudas-.

La otra cuestión a aclarar es la situación del resto de integrantes del equipo polaco. Esto es importante porque parte de la crítica de Ayora se centra en que Wielicki pudo pedir a su equipo que colaborase en el rescate.

Si damos credibilidad a la versión de Wielicki, en el momento y lugar del accidente sólo estaba él con un compañero que bajaba en malas condiciones y dos americanos, el resto de su equipo se encontraba abajo. Farris también se refiere solo a la presencia de tres alpinistas: Fernando Yarto, Wielicki y un polaco al que desconoce.

Su presencia ahí la explica Wielicki con su decisión de bajar el último para controlar al alpinista polaco cuyo estado le preocupaba. Esto concordaría con los ritmos de descenso, ya que si Wielicki hubiese bajado por delante -llegó junto a Ayora a cima- no habría coincidido en el lugar y momento del accidente de Quico,  ya que éste bajaba despacio víctima del agotamiento. Este ritmo lento lo describe en su relato de Javier Dumall, que cuenta como en la bajada Quico Borja se había quedado el último, muy retrasado.

Por otro lado, del resto del equipo polaco sabemos que el último en llegar a cima -quitando al alpinista debilitado- fue el médico polaco. A pesar de ser el más lento del resto de su equipo, lo podemos situar sin lugar a dudas en el C4 en el momento del accidente porque acompañó a Ayora los primeros metros, aunque tuvo que desistir por agotamiento.

Fronia que llegó a cima una hora antes que Ayora y registró los mejores tiempos, parece lógico que estuviese más bajo y lo mismo Jucha, que coronó con Wielicki y estaba en buen estado de forma. La foto de cima de Fronia en la que únicamente se les ve a ellos hace creer en la veracidad de Wielicki respecto a los ritmos de su equipo.

Por todo esto, no es descabellado creer que todo el equipo polaco habría bajado a un ritmo más rápido que el de Borja y similar al de Ayora o Dumall, a excepción de Wielicki y el compañero al que controlaba.

Fronia, Wielicki y Jucha en la cima del Gasherbrum II

Aceptando estas tesis como plausibles, el juicio respecto a la actuación de Wielicki debería cambiar como mucho a dudoso. Tanto la evaluación de Quico Borja -por el que no puede hacer mucho más-, cómo decidir bajar con su compañero débil una vez que sabe por radio que suben con el material que él mismo ha cedido, parece una actuación lógica y poco condenable. De hecho todo acabó bien, debido al buen hacer de Ayora -auténtico héroe de esta historia-.

Respecto al testimonio de Ayora, me sorprende que no mencione a los americanos. En mi opinión, él o Fernando Yarto por radio, los pudieron confundir con integrantes del equipo polaco y justificaría plenamente sus críticas. Aunque lógicamente, Wielicki no tenía ninguna autoridad para pedirles colaboración ya que no eran de su equipo.

En absoluto creo que Ayora mienta, creo que la tensión y confusión propios del momento y la altitud, junto con barreras idiomáticas, hace que se haya producido un malentendido. Como menciona en su escrito, no tuvieron oportunidad de esclarecer los hechos con los polacos, ya que cómo usted indica expresamente, lo único que supieron de ellos fue la reclamación del material -algo por otro lado lógico- por parte de un oficial.

Este tipo de malentendidos son comunes en estas expediciones a ochomiles, la historia está repleta de ellos, que a usted como periodista experto en alpinismo creo innecesario recordar. Por eso exculpo totalmente a Ayora y le dirijo esta carta a usted, ya que creo que ha emitido un juicio sin tener en cuenta todos los hechos y testimonios -como corresponde al rigor periodístico– y eso no es competencia de Ayora, sino suya exclusivamente.

Las versiones tanto de Farris como de Wielicki son públicas desde 2006 y creo que si hubiese contrastado los hechos, podría haber aclarado con el Coronel Ayora los puntos contradictorios que le menciono, de forma que se arrojase luz sobre este lío y no se empañase la imagen ni de Wielicki ni de Ayora innecesariamente. Si estoy en un error y contrastó la información, creo que las justificaciones por parte de Ayora de estos hechos deberían figurar en su artículo en pro del buen nombre del coronel y para despejar posibles dudas.

Por otro lado, el testimonio que incluye en su artículo de Ali Sadpara para reafirmar en la figura de Wielicki al villano, como ya sabe, es cómo poco erróneo si no malicioso. Le indiqué en el momento de su publicación que Wielicki no participó en la expedición a la que Ali se refiere y por tanto, su posible queja no iría dirigida a Wielicki. Usted en lugar de corregirlo me refirió a la literalidad de su texto ya que menciona a “polacos” y no a Wielicki expresamente. Creo que a nadie le es ajeno que en un texto condenatorio a Wielicki, ese testimonio sólo tendría sentido si se refiriése a él y dado el contexto, creo sinceramente que es lo que su escrito sugiere.

Contestación de Pedro Gil ante la notificación del error de testimonio

Dicho todo esto, si puede arrojar luz sobre los hechos que le presento estaré encantado de unirme a su opinión de condena a Wielicki, pero creo que las contradicciones que menciono son trascendentales en la polémica, están fundamentadas y correctamente argumentadas. Por tanto deben, al menos, ser tenidas en cuenta.

Igualmente espero que si todo se debe a un malentendido y quizá a un error por su parte, lo enmiende en pro de la justicia y el buen nombre del alpinismo, desde la misma tribuna y ante los mismos lectores.

Un saludo,


Aitor Tilla

"El alpinista es quién conduce su cuerpo allá dónde un día sus ojos lo soñaron" - Gaston Rebuffat

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